La "verdadera" alcaravea es una de las especias más antiguas del este de Europa. Hallazgos antiguos demuestran que su uso en la cocina se remonta hasta los tiempos de 3000 aC. La alcaravea es muy fácil de cultivar en cualquier tipo de condiciones y suelos. Todas las partes - hojas, semillas y raíces - aportan deliciosos sabores a sus recetas y se utilizan en medicinas a base de hierbas. Como el perejil y el eneldo, las hojas frescas se pueden cortar y añadir directamente a las sopas y ensaladas. No muy diferente de las zanahorias, la raíz puede cocerse al vapor o hervirse y las semillas se utilizan ampliamente en platos fuertes, ayudando a hacerlos más digeribles - como por ejemplo en platos de patatas y guisos de repollo. Las semillas de alcaravea han sido durante mucho tiempo populares para ayudar con molestias digestivas. Alivian los calambres y tienen propiedades antimicrobianas. En forma procesada, la alcaravea está disponible en forma de infusión, aceite o enjuague bucal y ha ganado el galardón de planta medicinal del año 2016.
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