Con sus pétalos plateados esta planta resalta en la cama de cultivo. Solía llamarse el cardo del tiempo, porque su flor se cierra cuando se pronostica lluvia en las próximas horas. Por tal motivo es buen indicador del clima cuando se practica senderismo en la montaña. Se dice que a Carlomagno se le apareció un ángel que le recomendó el cardo de plata como remedio contra la peste. Así es como se dice que curó a sus tropas. La raíz de jabalí o pan de cazador es también un nombre común para la Carlina angélica porque los cazadores solían comer su raíz carnosa en el camino. Hoy en día, la planta está estrictamente protegida y no se puede arrancar.
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