El hinojo marino habita todas las costas de Europa y del Norte de África y se desarrolla especialmente bien alrededor del Mar Mediterráneo. Por lo tanto, este arbusto perenne silvestre, catalogado casi como suculenta, prefiere lugares un tanto secos, áridos y con pocos nutrientes, tolera la sal y requiere una ubicación cálida. Sin embargo, el hinojo marino también prospera en el jardín o, de considerarse esta opción, como planta de maceta en un contenedor grande. El hinojo marino contiene grandes cantidades de vitamina C, yodo y aceites esenciales, y es por eso que es idóneo como alimento y era apreciado por los navegantes, debido a que se podía encontrar en cada costa. Al encurtir sus hojas tiernas y tallos, por aproximadamente 4 semanas, en vinagre de vino, éstas se conservan de manera permanente. Incluso hoy en día, se considera este platillo como una exquisitez de Majorca. Así mismo, puede cocerse al vapor y servirse con mantequilla o aceite, o agregarlo a una ensalada. Sin embargo, su sabor no es para nada parecido al típico sabor del hinojo. Es fresco y un tanto alimonado. Queda muy bien con platillos de pescado. Obviamente, los aceites esenciales le otorgan propiedades curativas al hinojo marino. Se dice que tiene un efecto estimulante en la digestión, en el hígado, el bazo y los riñones.
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